domingo, 9 de enero de 2011

Tres metros sobre el cielo.

28 de junio de 2010.

Es de madrugada y tras varias semanas retomo la escritura. Apenas tengo sueño, no puedo conciliarlo. No sé exactamente el por qué. Puede ser porque he dormido toda la tarde o, tal vez, el hecho de que vuelva a verte cara a cara lo que imposibilite mi tranquilidad y, por tanto, mi sueño.


Ha pasado ya un mes y un día. ¿Se dice rápido eh? Pero la verdad es que se me ha hecho una verdadera eternidad. Todo ha cambiado desde entonces y, como es lógico, ahora mismo todo es diferente. Habrá que retomar antiguos temas de conversación y se concluirá con alguna decisión.
Tampoco sé exactamente cuál será la reacción dentro de mí, en apenas unas horas, al observarte después de este tiempo. Imagino que será como la misma ya vivida ante nuestro primer beso. Prácticamente, todas las noches he pensado en ti, pero he de reconocer que no todas de forma especial.
Espero ansioso tu llegada, cosa que no creí que ocurriese después de todo lo acordado una noche de San Juan, ya pasada. Como bien dice una canción: “hay que comenzar de cero, para tocar el cielo”. Y contigo, es como si rozase el auténtico cielo con cada momento especial vivido; aunque sinceramente, preferiría sentirme tres metros sobre el cielo. Ahí sentiré que todo será muy distinto. Ahí todo comenzará con un nuevo comienzo.

No hay comentarios: