domingo, 9 de enero de 2011

Seis mil ochocientos diez.

Realmente, cuando una persona tiene a otra importante a su lado, todo se ve desde otro punto de vista diferente. Ese tipo de persona que nos transmite calma, que nos envuelve en una atmósfera en la cual, somos capaces de sentirnos plácidamente. Todos hemos tenido nuestros problemas, para unos mayores, para otros peores; como también siempre esos bajos estados de ánimo por diversas causas y razones.




Pues bien, puedo decir presumiblemente orgulloso que he intentado luchar contra todos esos baches y que, junto a ello, día a día luchaba por tí. De hecho, sigo luchando por tí aunque esta vez de diferente modo, ya que ahora estoy a tu lado y tú al mío. Sigo luchando porque esto no acabe nunca. Nos tenemos el uno al otro. No importa el resto si 'nosotros' nos hallamos juntos. Cada minuto que pasa, parecen auténticas décimas de segundo cada vez que observamos las agujas del reloj. ''El todo y el nada'' nos definiría a la perfección en esos precisos instantes, es decir, podemos sentir todo cuando nuestras miradas se percatan de la sonrisa del otro, mientras que el resto nos da absolutamente igual. No percatamos las cosas que ocurren a nuestro alrededor. Nos abstraemos del mundo. Prestamos menos atención a los problemas y los damos de lado, al menos en esos resplandecientes momentos.
Llevo bastantes horas con espectaculares ansias porque llegase este día, para poder decir bien alto y claro: “Cumplimos dos preciosos meses juntos.” y escribiendo una noche más, no paran de venirme cuestiones a mi cabeza sobre cómo aparecieron estos maravillosos sentimientos, en los que parece que convivo en una nube. Una nube que no es de nadie. Únicamente tuya y mía.
Seis mil ochocientos diez enfados
seis mil ochocientas diez sonrisas,
seis mil ochocientas diez porciones de caricias.
Seis mil ochocientas diez.
seis mil ochocientas diez delicadas vías para amarte.

No hay comentarios: