domingo, 9 de enero de 2011

Punto y final.

6 de junio de 2010.

No sé desde cuando comenzé a sentir lo que ahora mismo siento por ti. Lo único que verdaderamente sé, es que, poco a poco, he ido sintiendo cosas dentro de mí que no había experimentado hasta entonces.

Otra vez más. Otra vez más volvemos a quedar y termina sucediendo lo que ambos sentimos. Ahora mismo, me siento hundido, llorando como siempre (qué novedad). De nada han servido mis esfuerzos. Él siempre estará por delante mía. Sí, odio admitirlo.

Otro fin de semana que acaba. Otra semana que acabo escribiendo en mi blog y ya no sé qué más escribir, aunque parezca mentira. Por muchas palabras que intenten plasmar todo esto, no existirán tales calificaciones como para poder definir mis sentimientos.

Caminamos cerca de la zona donde comenzó todo. Mientras tú pensabas, yo recordaba esos momentos, grabados en mi mente como algo imborrable y que espero que por siempre perduren. Más adelante, volvimos a ese lugar, cerca del mar, donde yo me puse nervioso y a temblar, ¿razón? un abrazo.

Tras varios minutos de conversación, risas, caricias... me das un beso. Un beso con el que, una vez más, asombrado me quedé, a pesar de todo lo ya vivido. Todo bien hasta el momento que tú dices que todo eso estaba mal. Este creo que ya será el punto y final que no habíamos escrito en esta historia tan rara, pero tan especial a la vez. Mi cabeza no entenderá todo esto porque las cosas no tienen ni pies ni cabeza.

A mi modo de ver, todo lo que dices sentir hacia él no será tanto, ya que, de ser así, no actuarías del modo que lo haces conmigo. Son más las palabras que los sentimientos. También dices que es un querer y no poder (QYNP). Querer es poder, ¿el problema? es tu manera de querer y no poder. ¿Por qué toda cosa tan preciada trae consigo un antes y un después?



No sé si tampoco volveré a verte antes de que te vayas de esta isla, espero que sí, aunque no sean las circunstancias que más me gusten, la verdad. Sólo sé que la despedida de ayer fue un tanto extraña, sin embargo; posiblemente si la más especial de todas y tú más que nadie sabes el por qué. Pude susurrarte al oído esas dos palabras que tanto adoro escuchar de tus labios, pero que no son lo suficientemente importantes para tí como lo son para mí.

Quiero que sepas, una vez más, que eres lo mejor y más bonito que me ha sucedido en esta vida y que ya no será lo mismo si no te tengo junto a mí. Preciosa como ninguna, alocada como nadie. Solamente deseo que consigas estar bien, ya que, a pesar de todo, te sigo considerando mi amiga. No me despediré de tí con un adiós, sino con un hasta luego. Unos guionistas de televisión estadounidenses dijeron una vez: "Decir adiós no significa nada. Lo que importa es el tiempo que pasamos juntos, no cómo se termina"

Te quiero.



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