viernes, 28 de enero de 2011

Pedanterías inaguantables.

El hecho que una persona presuma de ciertas cosas o privilegios, en ocasiones, resulta molesto. Vale que quieras llamar la atención o destacar sobre alguien. Al fin y al cabo, todos somos algo ambiciosos.
Pero todo eso hay que saber llevarlo, saber cómo poder decir las cosas o, quizás y más importante, bajo mi punto de vista, valorar la situación y las circunstancias para que no siente mal o haga daño.
Ocurre, con mucha frecuencia, que al decir un simple comentario sobre algo, intentes llamar la atención de las personas que se encuentran a tu alrededor (creo que todos los hacemos), ya sea por medio de risas, llantos, actitudes chocantes... en fin, una gran variedad de acciones que me ocuparía renglones y más renglones. Sin embargo, la cuestión verdaderamente importante no es esa, sino ¿sabrías analizar la situación adecuada para determinados comentarios?
Cuando una persona conoce a otra, si de veras la conoce, sabe cómo es, pero en ciertas situaciones duda de sus reacciones porque en esos instantes de ofuscación no sabe ni qué pensar.

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